Está científicamente comprobado que los hábitos de sueño están estrechamente relacionados con la salud física y psicológica del ser humano. Según la Organización Internacional del Trabajo, los hábitos de sueño, así como la privación crónica y los trastornos del sueño muestran un claro impacto sobre la salud y la productividad.
En los últimos años ha crecido el interés por el estudio de los hábitos de sueño y su relación con la salud general, ya que influyen negativamente en la calidad de vida de las personas que los padecen (Juárez y Cárdenas, 2006), asociándose con la presencia de múltiples patologías tanto físicas como psicológicas. Por esto, es importante reconocer la influencia de los hábitos de sueño, entendidos como calidad, cantidad y rutinas de sueño, y el impacto que tienen sobre la salud y el bienestar individual de cada uno de nosotros.
Las investigaciones indican que la cantidad de sueño objetiva, es decir, el número de horas diarias dedicada al sueño, tanto patrones largos como cortos, son factores de riesgo de cáncer, derrames cerebrales y enfermedades coronarias, desarrollo de diabetes, alteraciones en el funcionamiento físico, depresión, ansiedad, abuso de drogas, alcohol o nicotina, incremento en la tasa de accidentabilidad, inestabilidad emocional y trastornos psiquiátricos (Buela-Casal, Miró, Iañez y Catena, 2007)
También es importante tener claros los beneficios de adoptar esta actividad como un hábito diario. Las investigaciones han relacionado dormir lo suficiente con una mejor concentración, productividad y cognición. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), descansar lo suficiente cada noche permite que la presión arterial del cuerpo se regule, evitando así uno de los factores de riesgo de enfermedades cardíacas más comunes, como lo es la presión arterial alta.
La falta de sueño también está considerada como un factor que contribuye a muchas muertes por causa del suicidio. Además que puede afectar el deseo o la capacidad de una persona de mantener un estilo de vida saludable, contribuyendo así al aumento de peso.
Tal y como hemos podido comprobar, un buen hábito de sueño y descanso, combinado con ejercicio regular y una dieta balanceada aportarán a tu salud grandes beneficios, que evitarán a largo plazo, problemas y enfermedades causadas por este mal hábito.
Claves para lograr buenos hábitos de sueño
- Mantén un horario de sueño organizado, tanto a la hora de dormir como de levantarte
- Evita dormir por el día
- Duerme lo necesario para sentirte saludable, no pases un tiempo excesivo en la cama
- Genera un ambiente tranquilo y confortable para dormir
- Intenta leer o tener algún otro ritual inductor del sueño.
- Evita estimulantes como alcohol, tabaco o cafeína antes de dormir.